El Reino Unido, por primera vez, permite que los vehículos autoconductores sean comercializados. Según los informes, el coche sin conductor llega a la posición establecida de los pasajeros a través del control remoto del operador, y luego los pasajeros pueden conducir al destino por sí mismos. Después de completar el pedido, el operador conducirá el vehículo de vuelta a la posición designada. Por razones de seguridad, un conductor es asignado actualmente a estos coches sin conductor, pero no está obligado a operarlos.