Los investigadores de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido han desarrollado un reactor solar que puede convertir dióxido de carbono capturado (CO2) y desechos plásticos en combustibles sostenibles y otros productos químicos valiosos. En las pruebas, el CO2 se convirtió en singas, un componente clave del combustible líquido sostenible, y las botellas de plástico se convirtieron en ácido glicólico, que es ampliamente utilizado en la industria cosmética. Los resultados se publican en el último número de Joule.